jueves, 5 de enero de 2012

Cambiar

Ok, esto es demasiado raro. El reloj que se encuentra de fondo de pantalla en mi computadora me dice que es la una y veinte de la madrugada. Mi hermano duerme atrás mio y la televisión sigue encendida. Mis papás están en su pieza, en el fondo, y hasta me parece escuchar el viento que filtra a través del mosquitero roto. Mi perro asoma la cabeza por la ventanita chiquita, y un poco me asusta. No estoy acostumbrada a tanta compañía.


Hay días en los que me levanto transgresora, rebelde, con unas ganas infinitas de querer cambiar el mundo. Pero tengo en claro que para querer hacer eso, primero tengo que cambiar yo misma. Empezar a quererme, aceptarme y no verme como un monstruo incomprendido en esta sociedad materialista salida de contexto. Por ahí... si, definitivamente. No es que yo me vea de esa manera, sino que me siento de esa manera. Es algo totalmente distinto. Es horrible esa sensación de verse en el espejo y preguntar quien (o que) es eso que nos mira del otro lado. Pero no me puedo hacer la boluda y seguir como si nada. Porque esa imagen que me devuelve no me gusta para nada, y después de casi diecisiete años, no aprendí a vivir con eso.


Uno siempre tiene ganas de cambiar, de querer ser otro mismo. Hay personas que piensan que por un corte de pelo o teñirse de un color totalmente opuesto van a lograr realmente ser otras, y comienzan a sentirse como tal aunque no lo sean. ¡No! El secreto para cambiar no es comprarse ropa, bajar de peso, y todas esas cosas que el mundo impone para nosotros sin darnos otra opción. El secreto es cerrar los ojos y mirar adentro nuestro. Porque la imagen de afuera (es absurdo que lo escriba sabiendo que me deprimo todo el tiempo por mi forma de ser) no nos dice nada de la persona. Si, quedaría demasiado bizarro decir que lo que importa es lo de adentro. Bueno, puede ser que tengan razón. Yo no me voy a enamorar de su pelo, ni de su voz, ni de su cuerpo... aunque usualmente me enamoro de tipos bastantes hijos de puta. Pero eso no viene al caso.  La base para cambiar nosotros, es tener una mirada totalmente distinta de lo que creemos ser. Tenemos que empezar por corregir esos defectos que nos molestan y que salen a la luz cada vez que nos proyectamos en algún espejo. Porque ese es el problema del ser humano: a la hora de visualizarse, conoce cada uno de sus defectos, y estos comienzan a transformarse en fantasmas que nos persiguen, porque creemos que todas las personas nos van a ver tal cual como somos. Pero lamentablemente, no tenemos la suerte que nos conozcan desnudos en corazón. Esa, sin duda, seria una forma bastante maravillosa de hacer que las personas no quieran ser estereotipos. En eso es en lo que nos convertimos: buscamos ser estereotipos sin importarnos nosotros mismos. Buscamos un lugar en la sociedad, y encajar sea como sea. Y tampoco nos damos cuenta que hacemos cualquier cosa por lograrlo, sea lo que sea (y como sea).


A veces las responsabilidades me pesan y ya no se como continuar con esa mochila tan cargada. A veces las obligaciones me pisan los talones y me quieren hacer trastabillar, me quieren hacer caer hacia el destino. A veces las ganas de llorar sin motivo me corrompen y vuelve esa sensación de sentirme la mina mas idiota del mundo por estar sentada acá escribiendo esto sin sentido que probablemente, dentro de unos años, sea objeto de burla. A veces, cuando el mundo no me da un respiro, me dan ganas de bajarme y hacerle fuck you a todo eso que me molesta. Porque mes de una vez, me arrebata el pensamiento de un mundo paralelo a este, donde las personas se aceptan tal como son y no hay nadie que siempre tire los defectos de los demás sobre la mesa, cual juego de barajas.


Porque ahora hasta lo imposible por encender un cigarrillo y salir a caminar en medio de la noche sin importar nada . En un campo donde lo único que abunde sea pasto y el barullo de la ciudad quede reducido a un recuerdo lejano.


Porque me gustaría confiar más en mi suerte, y no asumir todo el tiempo que ya no vuelta que darle. Que las cosas no se pueden mejorar, y hay que aprender a lidiar con eso.